" GRAN HERMANO LE VIGILA "
Los perros están aprendiendo constantemente de los cuidadores con los que conviven. Aunque los humanos no nos demos cuenta, ellos descifran, y recuerdan, el significado de palabras, lenguaje corporal y gestos...
Hasta el punto, que es posible que en ocasiones les enseñemos -y recompensemos- comportamientos no deseados. Continuando un estudio en el que se demostraba que los perros saben cuando son observados, y esperan a estar solos para realizar acciones no aceptadas por sus humanos, como excavar agujeros en el jardín, la Universidad de Florida realizó un experimento centrándose en la importancia del contacto visual y los gestos en el comportamiento canino.
Se trabajó con 35 perros que vivían en familias, 18 perros que vivían en protectoras de animales, y 8 lobos nacidos y criados en cautividad.
El primer paso fue hacer ver a los cánidos que las parejas de voluntarios que iban a llevar cabo el experimento tenían golosinas para repartir.
A continuación, los humanos se situaron de espaldas a una valla, separados uno de otro 6 metros, 
ambos con los bolsillos llenos de deliciosas recompensas para perros. El perro estaba situado igualmente a 6 metros, y a una distancia equidistante de ambos. Se experimentó con tres situaciones: en la primera un voluntario estaba de cara al perro, mientras otro le daba la espalda. En la segunda un voluntario sujetaba un libro al lado de su cabeza, mientras el otro lo tenía delante de la cara, como si estuviera leyendo. En la tercera prueba un voluntario sujetaba un cubo cerca de su hombro, mientras el otro lo tenía cubriendo la cabeza.
En estas curiosas situaciones, ambos voluntarios llamaban al perro al mismo tiempo. Todos los participantes -perros de familia, de protectoras y lobos- ignoraron al voluntario que les daba la espalda y se dirigieron al que les miraba; es decir, todos los cánidos son sensitivos al hecho de que el humano les mire.
Cuando los voluntarios sujetaban libros, sólo los perros domésticos evitaron a la persona que fingía leer. Los perros caseros saben que es inútil intentar pedir algo a una persona que está leyendo. Se dirigirán a quien les está mirando.
Un perro de protectora o un lobo desconoce esa señal. En el experimento del cubo todos los perros se repartieron entre quien lo sujetaba al lado de su cabeza y quienes lo tenían sobre ella. Como, generalmente, los humanos no tenemos un cubo sobre la cabeza, los perros desconocían esta situación y no habían aprendido a reaccionar ante ella.
Curiosamente, uno de los perros caseros reaccionó muy positivamente hacia el voluntario que tenía el cubo en la cabeza. Los expertos pensaron que quizá está acostumbrado a ver a su humano con un casco o un sombrero.
La conclusión del experimento es que los perros prestan más atención a quienes les están prestando atención. Y ellos nos están prestando atención constantemente. Y aprenden rápido.
De esa forma saben si cuando salimos de casa ellos nos van a acompañar o no. O si les llamamos para darles una chuchería o un baño.
Hay quien se frustra porque su perro continúa realizando comportamientos no deseados sin darse cuenta de que somos nosotros quienes les estamos premiando por hacerlos.
Si su perro le pide compartir su comida mientras usted está en la mesa y le dice que no tres veces y a la cuarta solicitud desliza su mano hacia él con algo delicioso, puede estar seguro que su peludo amigo lo recordará, y la próxima vez que usted le diga que no mientras come, sabrá que lo único que tiene que hacer es insistir.
Y lo hará.
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